Cómo abordar una carrera con frío

Si te has enfrentado a una carrera con frío, habrás notado como te cuesta arrancar. Incluso puede haberte pasado que hasta bien avanzada la carrera no te hayas sentido cómodo y al ritmo que buscabas. ¿Podemos evitar esta situación y arrancar ya al ritmo deseado? ¿Qué tendríamos que hacer y qué riesgos implicaría conseguir empezar a buen ritmo?

carrera frio

Al arrancar a hacer ejercicio con temperaturas bajas habrás notado como te cuesta mucho más coger ritmo, la musculatura está demasiado fría.

Que nuestro cuerpo esté expuesto a un ambiente frío, implica que nuestro flujo sanguíneo se redistribuye para tratar de mantener nuestra temperatura corporal. Entonces, concentra más cantidad de sangre en las zonas más vitales y resta flujo a las extremidades. Por tanto, a nuestras piernas llegará menos sangre y con ello menos nutrientes y oxígeno.

Además, el cuerpo necesita tirar de más energía para mantener el calor. Para esto hace uso del glucógeno, el mismo que necesitamos quemar para rendir corriendo sobre todo a ritmos más exigentes. Lo cual implica que podríamos disponer de menos cantidad para nuestro ejercicio. Junto a esto, hay que tener en cuenta que el frío hace que nos cueste más tener la percepción de fatiga y de sed. Esto no quita que igualmente estemos sudando y tengamos que reponer esos líquidos.

Estos condicionantes los sufrimos a la hora de sentir como nos cuesta más conseguir el ritmo de entrenamiento. Cuanto menor es la temperatura, menos sangre llega a nuestros músculos, tienen menos elasticidad y menos respuesta les podemos sacar. Leer más

Entrenar con frío: cómo reducir el riesgo de caer enfermo

¿Tienes la sensación de pasarte el invierno encadenando resfriado tras resfriado y sin poder entrenar regularmente? No es raro que vivas esta situación sobre todo si vives en climas fríos. ¿A qué puede deberse esto? ¿Cómo se podría solucionar esta situación?

correr con frio

Imagen de https://pxhere.com/es/photo/423061

Cuando las temperaturas bajan, es habitual que tanto corredores como no corredores se resfríen o sufran gripes con mayor frecuencia. Con el frío, ciertos procesos de nuestro organismo se hacen más lentos, lo que supone entre otras cosas que nuestras defensas bajan. Entonces somos más vulnerables a los virus y bacterias que circulan por el ambiente.

Si a esta condición le sumas ser corredor, el riesgo aumenta, sobre todo al hacer entrenamientos intensos. Al realizar un esfuerzo intenso o largo, nuestro cuerpo segrega hormonas del estrés que tienen como contrapartida actuar como inmunodepresores. Es decir, si el frío ya implicaba una bajada de defensas, el hecho de entrenar con frío añade otro escalón más.

Estos supone que después de un entrenamiento de calidad somos más vulnerables todavía. Nuestras defensas han bajado y tardarán unas horas o quizá algún que otro día en recuperarse. Leer más