Por Toni Peña
El mes de Enero es de por sí un mes donde se suelen realizar grandes cargas de entrenamiento tanto en cantidad como en calidad. Esto se debe a que suele coincidir con el periodo de entrenamiento específico de las maratones de primavera o se está inmerso en plena temporada de cross.
En las preparaciones de mis maratones, en ciertas ocasiones, decidí hacer esta preparación en altitud. Para esto me desplazaba a países donde era posible trabajar en altura como Kenia, Bolivia y en algunas ocasiones en lugares de España con una altitud moderada como Soria, Segovia o Teruel.
El entrenamiento en altura tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventajas conocidas por todo el mundo son el beneficio del aumento del hematocrito que sufre el cuerpo por el hecho de entrenar con hipoxia, falta de oxígeno. Otros beneficios es el vivir continuamente durante más de 21días en altura, es decir, no sólo se sube el momento de entrenar sino que se VIVE en altitud. Esto, además de entrenar, te permite conocer la región en cuestión, conocer sus gentes y otros métodos de entrenamiento.
Inconvenientes principales son la lejanía de estos países, inseguridad, deficiente higiene gastronómica, alto coste…
Recuerdo con cariño mi estancia en Eldoret, localidad del altiplano keniata, momento de mi vida que nunca olvidaré. Mi sponsor de aquellos años era la marca deportiva Italiana FILA. Una condición contractual incluía un stage anual en Kenia. Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia Fila por acceder a todas mis exigencias y darme la oportunidad de vivir tal experiencia.
Eldoret es una pequeña localidad que tiene el récord de mayor número de olímpicos, mundialistas y récords de mundo, sobre todo en pruebas de larga distancia. Me vienen a la cabeza nombres como Moses Tanui, Billy Konchellah, Kiprotich, Paul Kiptanui, etc. Con ellos tuve la suerte de coincidir y compartir ratos juntos.
El entrenamiento en altura tiene su peligro. Durante los primeros días no se puede entrenar fuerte, es necesario realizar una adaptación.
Considerando que el atletismo en Kenia es una forma de salir de la pobreza, muchos de sus habitantes apuestan por este deporte. Me bastaron tres días allí para entender el por qué este país es la primera potencia mundial en este deporte. De 10 que lleguen a ser estrellas mundialistas, seguramente habrá miles, cientos de miles que se quedan por el camino intentando emular a sus ídolos como Paul Tergat o Moses Tanui.
En la segunda semana de stage, adaptado ya a la altitud, en los rodajes de 10, 12 o 14 kms por caminos de tierra roja, sentí impotencia cuando se me juntaban niños de 10 ó 12 años y me aguantaban más de la mitad de mi entrenamiento.
Kenia no te deja indiferente, allí era un Musungu (hombre blanco) pero nunca me sentí fuera de lugar. Palabras como Jambo, Matatu o Naguru se me han quedado para siempre grabadas en mi interior.
Podría escribir horas y horas sobre Kenia y la experiencia que allí viví. El atletismo me ha hecho sufrir mucho en la vida pero también me ha dado y ofrecido vivencias que ni pagando todo el dinero del mundo podría contar. Me siento afortunado por ello.