Hay para corredores, sobre todo los que corren su primera maratón, que se plantean como único objetivo completar la prueba. No importa si es en 5 horas o más. Incluso hay a quien no le importa hacer algún tramo caminando. A otros sí, desearían completarla siempre corriendo. ¿Tiene sentido correr una maratón en más de 5 horas? ¿Puede leerse como una preparación insuficiente? ¿Supondría demasiado desgaste para el cuerpo?
La maratón es una prueba rodeada de cierto aura de logro y superación, que no es para menos.
Sin embargo, esa exigencia de una prueba tan larga también supone asumir riesgos si no se sigue el camino correcto.
La maratón no es solo el día de la carrera
Una maratón no son los más de 42 kilómetros que recorres el día de la carrera.
No, es mucho más.
La maratón empieza casi el día que decides correrla. Y sin casi el día que arranca su preparación. Que ni siquiera se inicia con el ciclo de entrenamiento específico de la propia prueba sino antes. Cuando estás en el ciclo pre-específico.
Esto hace que detrás de la marca que puedas hacer en maratón se escondan meses de trabajo continuo. Entrenamiento que sí o sí es necesario.
Hace falta llegar bien preparado al inicio del ciclo específico de la maratón, para lo que es imprescindible haber entrenado previamente. Asentar buenas bases, no tanto de ritmo como de fuerza y de ir sumando volumen.
Pero luego llega el ciclo específico. Donde la dureza y exigencia del entrenamiento se incrementa. Sobre todo cuando llegas a la segunda mitad de la preparación. Y no es duro solo físicamente sino también mentalmente.
Vienes ya con meses de carga de entrenamiento a tus espaldas, de seguir una disciplina y cumplir una rutina de entrenamiento, algo que cansa. Mentalmente te vas agotando pero tienes que tener la fortaleza de seguir. Es importante completar el proceso y sobre todo vencer ese momento de debilidad mental que suele llegar.
Después llegan unos días de menos carga antes de la carrera pero no obstante, tienes los nervios propios de ese momento pre-carrera. Incluso alguna noche maldurmiendo o sin dormir.
Y entonces queda superar los 42.195 metros.
Pero siempre digo que si has hecho bien la preparación previa, el día de la carrera vas a disfrutar (aunque sea pasando cierto sufrimiento).
El logro de completar la maratón
Todo este proceso hace que sea más meritorio completar una maratón.
Desde fuera, gente ajena a correr, puede ver con cierto asombro ser capaz de correr esa distancia. Pero realmente, la mayoría desconoce lo que hay verdaderamente detrás de completar esa prueba. Toda esa parte escondida es para mí lo que le da el absoluto mérito a correr una distancia así. Más aún si eres corredor popular y compaginas esto con el resto de tu vida y trabajo.
Por eso mismo lo concibo como un logro cuando has completado todo el proceso. Cuando primero has sido consciente de aquello a lo que te enfrentabas y has tomado las medidas y las acciones para afrontarlo.
No lo veo igual si te has preparado a medio gas y el día de la prueba haces parte del recorrido caminando. Dentro de un enfoque así y partiendo del concepto de que la maratón es el conjunto de la preparación y la carrera, sería como que si no has hecho la preparación no has hecho del todo la maratón.
Caben ciertos matices. Porque puede ser que tú hayas querido hacer todo completo, cumpliendo con la preparación y dedicando tu tiempo y esfuerzo; sin embargo has seguido un entrenamiento que no era correcto. Aquí, igual, no podríamos decir que te ha faltado consciencia pero sí has cometido un error de elección de entrenamiento y deja ese sabor como de casi no haber hecho la maratón. Si de verdad era tu intención hacerla bien, no habrás acabado contento y querrás probablemente intentarlo de nuevo probando otro sistema.
Cuando esa preparación no ha sido del todo correcta, es más probable que los tiempos de carrera se vayan a 5 horas o más. Aunque también puede ser que no sea todo culpa de la propia preparación de la maratón sino de que no era tu momento. Es decir, quizá en tu trayectoria como corredor has quemado etapas demasiado rápido y te faltaba recorrido o madurez para llegar al punto suficiente para encarar una distancia como la maratón.
En la mayoría de los casos, considero que irse a tiempos de 5 horas o más es que algo ha fallado. Bien sea la preparación, bien sea que no era tu momento todavía para enfrentar una maratón o has tenido algún tipo de problema durante la prueba (ampollas, calambres, deshidratación…). Siempre hay excepciones como casos en que se tenga algún tipo de limitación física o se dé alguna circunstancia especial.
Desde mi concepción de lo que es competir, aunque sea a nivel popular, uno siempre debe salir a dar lo mejor de sí mismo. Esto supone haberse preparado bien y es lo que permite sentir que ha habido un esfuerzo meritorio y una superación personal. Incluso independientemente de la marca. Es verdad que es mucho cuestión de actitud e involucración pero creo que ya cuando esto se pone en juego y todo ha sido correcto, las marcas suelen bajar de 5 horas.
Equivocarse de entrenamiento puede llevarte meses de entrenamiento infructuoso que no reconocerás hasta el día de la carrera. Un sistema de entrenamiento con resultados contrastados puede, sin embargo, acortarte el camino a los buenos resultados. En eso consiste el Plan Resonancia.
El riesgo de correr muchas horas
Otra parte del mérito y superación que implica la maratón viene del hecho de pasar horas corriendo de manera continua y exigente. Porque en principio estarás recorriendo esa distancia al máximo ritmo que puedes alcanzar considerando que tienes que aguantarlo más de 42 kilómetros.
Y esto, supone mucho desgaste.
Ese desgaste o más bien la resistencia a ese desgaste es parte de lo que se entrena. Pero claro, nuestro cuerpo también tiene sus limitaciones.
En principio cabría pensar que cuanto más tiempo corriendo, mayor desgaste. Lo que pasa que si estamos hablando de que se completa la misma distancia, lo que cambia es el ritmo. Entonces podría ser que un incremento del ritmo compensara ese menor tiempo corriendo y aún así fuera un desgaste similar.
Lo que más desgasta y afecta al corredor es el impacto. Y cuanto mayor es el ritmo, más fuerte es éste. Sin embargo, un ritmo más lento que sería el que se aplicaría para correr la maratón en más de 5 horas, tendría menos impacto, lo que haría sufrir menos a las articulaciones. Pero 5 horas o más es demasiado tiempo en continuo movimiento y realizando ejercicio lo cual supone aún así un alto desgaste.
Esto implica consecuencias mayores.
En el caso de hacer la maratón en esas 5 horas o más, seguramente es porque no ibas bien preparado. Aquí ya se pone en juego tu salud. Prepararse durante meses implica también desarrollar una serie de adaptaciones en el organismo para ser capaz de aguantar sin daños el día de la carrera. Esto no quita que necesites tus días de recuperación después y acabes exhausto, pero no deberías terminar con ninguna lesión grave ni verte frenado por algo más grave antes de llegar a meta.
Creo que cabe tomar conciencia de todos los riesgos e implicaciones que tiene este deporte. Lo cual no quita que pueda ser perfectamente accesible a gran parte de la población, pero haciendo las cosas por el camino correcto y sin subestimar la preparación necesaria.