¿Eras más optimista con tus entrenamientos veraniegos de lo que ha resultado ser? Puede ser que contaras con que algo más habrías hecho y llegarías bien al final del verano como para en poco tiempo recuperar la forma y abordar un primer objetivo. Sin embargo, has visto que no todo iba según lo previsto y cuesta algo más ponerse a punto. ¿Deberías evitar ese primer objetivo y re-estructurar la planificación de la temporada? ¿Conviene abordar ese objetivo pero de manera menos ambiciosa? ¿Cuánto arriesgas si te atreves a competir?
No serás ni el primero ni el último. Las buenas intenciones que uno se propone mantener durante el verano o un periodo de más descanso es fácil que se vengan abajo en cuanto se baja un poco la guardia.
Por un lado te merecías un descanso y te lo has dado. Pero por otro, parar la rutina de entrenamientos a la que venías acostumbrado es más fácil que conseguir retomarla con constancia. Siempre cuesta un poco más volver a entrar en la dinámica, el cuerpo ha perdido capacidad de recuperación y probablemente todavía no te veas enfocado en un objetivo. Te falta volver a sentir motivación. Leer más